Minicuentos de las cafeterías
Elba Castro / Guadalajara
Conforme se instala la mañana se elevan vaporosos rumores que crecen, expectativas que arriban a las conversaciones, a esta vieja máquina de tren.
Hipnotizados, los presentes degustan las palabras dulceamargas del otro, de la vida. En el café los silencios son rieles que llevan a un crucero de miradas, donde alguien siempre cede la palabra o encamina los silencios.
También es el viaje… íntimo y personal. Cada quien invita a un escucha que reposa en la conversación como en baño maría.
Y se sorbe según caminen las palabras resonantes en los durmientes.
Es territorio de la nostalgia. De los pensamientos que caminan y frecuentemente nos dejan atrás.
Así, cada quien elige su estación y pide la cuenta.
Y se llega de este viaje con la marcha en el cuerpo, con el trayecto en la boca, con la compañía cercana en los oídos, tranquilos. Dispuestos a cruzar nuestros andenes en el horizonte de otro día.
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