El café es una bebida imprescindible en las celebraciones mexicanas del Día de Muertos
Elba Castro
A panqué de naranja…
era el aroma, un optimismo esparcido por las aceras.
Hora de encender los rincones tras una ventana
y ver pasar los coches como insectos luminosos de la noche.
Afuera se regalaba café para sosegar el día, para reunir voluntades.
En la pared callejera crecía un altar…
Sombras, voces y frutos dulces iban y venían entre el baile de las velas.
En los brazos se cargaban flores rituales.
Era una fiesta de afanes, una ceremonia de la evocación…
el café ya era en los ánimos, una arteria del mismo corazón…
En esa noche las ánimas como nunca, como siempre,
traviesas, escondidas se robaban a sorbos
el café humeante de quienes velaban.
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