El banquetazo

Pajaretes, para estómagos curtidos

En Amatitán, el Hueco ofrece a lo madrugadores leche recién ordeñada a la que se puede añadir chocolate, azúcar y alcohol

Sergio René de Dios Corona

Foto: Sergio René de Dios Corona.

La leche cae tibia, chisguete tras chisguete. El ordeñador apunta bien la ubre de la vaca. Llena rápidamente el tarro mientras en su interior gorgorea la espuma. Con el chocolate molido, la bebida pronto adquiere un color café oscuro. Despide un suave aroma a alcohol. El parejete está listo. ¡El que sigue!

Y el que sigue es uno más de lo que, por decenas, esperan su turno vaso en mano. El punto de reunión es una banqueta en la cabecera municipal de Amatitán, en la región tequilera de Jalisco. Justo en la avenida que cruza el pueblo, pero que en realidad es la carretera libre que va de Guadalajara a Tequila. Ahí, dos vacas, a veces tres, según la demanda, son ordeñadas afuera de un pequeño establo. Automóviles y camionetas llegan, se estacionan y se van.

Foto: Sergio René de Dios Corona.

En una manta amarilla colgada de una viga del techo que guarece a las vacas se lee: “Pajaretes El Hueco. Lunes a domingo. De 7 am hasta agotar existencias”. Las vacas comen pastura mientras esperan su turno para la ordeña. Con las patas traseras y su cola amarradas, sienten cómo sus ubres son exprimidas, sobadas, jaladas, hasta que cae la leche. Generosa. Si no sale, entonces es traído un becerro que pronto la hace brotar.

En una pequeña barda están los vasos de plástico, un frasco con azúcar y otro con chocolate en polvo. Una botella de plástico que anteriormente tenía refresco ahora contiene alcohol de caña de 96 grados. Cada bebedor coloca la cantidad que quiere de los ingredientes. Al gusto. Niños, adultos, ancianos, van en hilera, sin soltar sus vasos, tarros cerveceros, tazas.

Foto: Sergio René de Dios Corona.

Bebida dulzona para estómagos fuertes, curtidos, los pajaretes se ofrecen sobre todo en los pueblos, en ranchos y comunidades. En la zona tequilera de Jalisco se pueden encontrar algunos lugares, pocos, en que se vende cada vaso con su leche espumosa que amenaza con escurrir. En El Hueco cuesta diez pesos una ración. Dicen que un par de pajaretes dan fuerzas, vigor, energías para comenzar bien el día. Y sí. La leche bronca es pesada e intensa.

¿Temor a la brucelosis? ¿A una diarrea intensa? Para nada. Las vacas se ven sanotas, dicen los bebedores. Todo sea para agarrar enjundia mañanera y, de paso, andar relajados y hasta más alegrones.

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