Primer plato

Una fiesta de cocina jalisciense

El segundo Festival Sabores y Colores de Jalisco permitió a los tapatíos disfrutar platillos de diversas regiones

Juan Carlos Núñez Bustillos

Foto: Juan Carlos Núñez B.

Fue una feliz coincidencia. El fin de semana pasado se celebró en el Ex Convento del Carmen, en Guadalajara, el segundo Festival Sabores y Colores de Jalisco en el que 19 municipios de este estado trajeron lo mejor de su cocina. Ese día recibiría en casa a unos amigos provenientes de las Islas Canarias. El banquete estaba hecho.

En el patio del Ex Convento se sucedían una tras otra las mesas tras de las cuales las personas provenientes de los municipios invitados explicaban amablemente el origen de sus productos. No iba ni a la mitad de la muestra y ya llevaba la panza y dos bolsas llenas de delicias caseras y tradicionales.

Porque además, las sonrientes mujeres que se afanaban tras los comales eran cálidas y generosas, como mamás. “Échese otra enchiladita”, “Mire, pruebe esta tostada, los cueritos los preparamos en casa”. ¡Cómo negarse!

Foto: Juan Carlos Núñez B.

Fue necesario dar dos vueltas al auto para poder llevar una decena de paquetes cargados de puras cosas buenas. Había que aprovechar pues no siempre se tiene la posibilidad de reunir en un solo lugar los platillos tradicionales de municipios tan distintos como Concepción de Buenos Aires y Atonilco.

Además  participaron Amacueca, Atengo, Atotonilco, Chapala, Cocula, Ixtlahuacán de los Mebrillos, La Manzanilla de la Paz, Magdalena, San Martín Hidalgo, Sayula, Talpa de Allende, Tecalitlán, Tecolotlán, Tenamaxtlán, Tuxpan y Zapotlán el Grande.

Francisco Galindo, director del Museo de las Artes Populares de Jalisco, explicó que es la segunda ocasión en que se lleva a cabo el festival y que en esta edición participaron seis municipios más que el año pasado.

Con todo el cargamento que nos llevamos del Ex Convento del Carmen, la cena fue una muestra de comida jalisciense para nuestros invitados: la pareja originaria de las Islas Canarias, amigos y familiares.

La botana, muy sencilla y deliciosa, provino de San Martín Hidalgo: cacahuates y semillas de calabaza tostados a la perfección en casa. Un queso tipo Cotija de Tecalitlán le dio a los primeros caballitos de tequila un toque salado

Foto: Juan Carlos Núñez B.

Había para escoger: sopes dulces de La Manzanilla de la Paz, enchiladas de Atotonilco en sus versiones “doraditas” y “blanditas”, así como taquitos de la estación de Tuxpan, Jalisco.

De este municipio ofrecimos también Cuachala (Coaxala) un platillo ancestral de la comunidad nahua de este municipio que se prepara con pollo, masa de maíz y chile colorado. El sabor a maíz de la caldosa y espesa preparación fue una grata sorpresa para nuestros invitados.

Había también “bote”. Este caldo de carnes con pulque y verduras que prepararon en el mismo Ex Convento las mujeres provenientes de Concepción de Buenos Aires.

Una excelente adobera de Atengo que combinamos con longaniza casera de Atotonilco se convirtió en un imperdible queso fundido. De este último municipio alteño fueron también las cervezas artesanales que ofrecimos y el jugo de toronja combinado con tequila El Viejito, producido también en aquellas tierras.

Los postres fueron variados, provenientes de diversos municipios: jamoncillos y borrachitos, así como chilacayota e higos cubiertos. De San Martín Hidalgo compartimos también tamales de Cuala que son dulces, se elaboran con maíz y canela, y se comen fríos. Además, había coyules y mangos en almíbar.

Esta feliz coincidencia del Festival Sabores y Colores de Jalisco con del reencuentro de queridos amigos que llegaron de muy lejos, hicieron del sábado una velada diferente y deliciosa.

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