Cancionero Culinario

La sazón que da la música

Un estudio de la Universidad de Oxford revela que la música influye de manera directa en cómo percibimos el sabor de los alimentos

Marisa Núñez / El Paso

Foto: Marisa Núñez

La gastronomía y la música son dos artes que se complementan, que se acompañan, que casi siempre van juntos y que se sirven como inspiraciones mutuas. La música cumple diversas funciones en la vida, una de ellas es la de influir en el estado de ánimo de las personas. Como en esta revista hablamos de gastronomía, pues resulta que la música también influye en la percepción de los sabores a la hora de comer.

Charles Spence  (www.psy.ox.ac.uk ) es un profesor de psicología experimental de la Universidad de Oxford  y dirige el llamado “Crossmodal Reaserch Laboratory”. Este investigador se ha dedicado por años a estudiar cómo se percibe el mundo a través de los sentidos, tiene más de 500 artículos publicados al respecto y es quién más ha estudiado la relación entre los sonidos y los sabores.

Entre otras muchas cosas, sus estudios han concluido que efectivamente, la música influye de manera directa en cómo percibimos el sabor de los alimentos y es la responsable de que una comida pueda ser fantástica, no tan buena o espantosa.

Las conexiones cerebrales entre un sabor, los recuerdos que de éste se tengan, el lugar en donde se coma, el ambiente, la compañía y la música de la que se acompaña hacen que esa comida nos sepa deliciosa o de plano no nos guste.

En uno de estos estudios Spencer (www.journal.frontier.org/ https://doi.org/10 3389/fp-syg 2015.0139)  quiso demostrar que la música y los sonidos ambientales pueden influir de manera significativa en cómo se perciben los sabores.

Los participantes evaluaron chocolates antes y después de ser expuestos a una experiencia multisensorial, especialmente con música evocando el origen americano del chocolate y concluyeron que la evaluación de sonido (música) tenía mejores calificaciones en cuanto a sabor que sin el estímulo sonoro y, no sólo eso, sino que los participantes estarían dispuestos a pagar más por una pieza de chocolate. Así de importante es la música a la hora de comer.

Foto: Juan Carlos Núñez B.

En otro de estos estudios se dio a probar comida salada, dulce, ácida y agria con 24 diferentes tipos de música y se concluyó que los participantes preferían algo dulce cuando la música era igual, es decir, dulce, y con sonidos agudos, mientras que preferían algo salado cuando la música incluía tonos bajos.

Según otros experimentos realizados, la música de cada país hace que los comensales disfruten más los platos típicos de cada lugar. Por ejemplo, la comida mexicana acompañada por una buena selección de música de mariachi sabrá mejor que si es acompañada por música metálica o electrónica. Una pasta sabrá mejor en compañía de alguna buena aria operística que si escuchamos rock y una paella será deliciosa si se escucha flamenco en el fondo y no música norteña.

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