Primer plato

Una delicia ácida: los membrillos

Estos frutos que dan nombre a un municipio de Jalisco se pueden disfrutar en almíbar, en ate, asados o crudos con sal, limón y chile

Sergio René de Dios Corona

Foto: Sergio René de Dios.

Son ricamente ácidos, entre verdosos y amarillentos, su textura es blanca y rugosa, y en su centro alojan negras semillas. Los membrillos son un fruto delicioso. Por su dureza, para probarlos crudos se debe contar con buena dentadura para desprender pedazo por pedazo. Es inevitable salivar cuando se está a punto de darle la primer mordida. Hay que lavarlo antes para quitarle la ligera peluza que lo cubre. Se puede comer con o sin cáscara.

En México es común disfrutar los membrillos cortados en pedazos, colocarlos en una bolsa de plástico o en un plato, a los que se añade jugo de limón, sal y una dosis al gusto de chile en polvo. Si de por sí son ácidos, agregarles zumo limonero de manera generosa los hace el doble de ácidos. Aunque puede optarse por no añadirle nada y disfrutarse igualmente.

Foto: Sergio René de Dios.

Uno de los municipios que hace honor a su nombre es el jalisciense Ixtlahuacán de los Membrillos, a 30 kilómetros de Guadalajara. En cualquier época del año es posible encontrar el fruto en los puestos ubicados a un costado de la carretera que va de Guadalajara a Chapala, justo antes de subir la pendiente desde la que, al llegar a la cima y empezar a descender, empieza a asomarse el maravilloso lago. Si no es época de cosecha, los comerciantes del pueblo lo consiguen en otras entidades.

En los puestos se detienen vehículos con paseantes que van o regresan de Chapala. Es casi una obligación hacer parada ahí para adquirir diversas frutas en conserva o bien membrillos en fruto, en almíbar o en forma de ate, y continuar el camino. El ate o dulce de mebrillo es uno de los más preparados y vendidos en México, que puede consumirse como postre y, si se quiere, acompañarse con leche. Otra modalidad que gana terreno es ofrecer pedazos bien cortados del dulce con pequeñas porciones de queso adobera de mesa o para fundir.

Foto: Sergio René de Dios.

Ixtlahuacán de los Membrillos tiene todavía huertas del fruto, cercanas a los puestos aledaños a la carretera a Chapala. En el escudo de armas del municipio destacan precisamente membrillos. El pueblo aún conserva tradiciones como la del 28 de septiembre, en la que celebra al Señor de los Membrillos.

Sugerencia: vaya a la ribera de Chapala, pero antes o después pase por los puestos que ofrecen membrillos. Adquiera su dotación en almíbar, ate o al natural para el camino, su casa o de regalo. Traerá en su boca y en su estómago uno de los regalos generosos de la naturaleza.

 

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