“Beber un jugo de lima en la mañana permite caminar con el alma descalza el resto del día”, dice la poeta Carmen Villoro
Carmen Villoro
La lima es la hermana menor de la naranja. Su mayor cualidad, la discreción: ni demasiado dulce ni demasiado ácida, ni demasiado amarga seduce por la suave combinación de estos sabores. Descubrí el jugo de lima en Guadalajara y enseguida emparenté con la luz muy amarilla de esta ciudad y con el verde fresco de sus jardines y camellones.
Beber un jugo de lima en la mañana permite caminar con el alma descalza el resto del día. Cuando supe que es el primer fruto que los niños prueban en estas tierras entendí por qué en Guadalajara florecen tantos poetas: seres amamantados con luz matinal por estas frutas cándidas que ofrecen sus cuerpecitos de niña púber.
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