Cine

Tomates Verdes Fritos, un plato de película que viene bien en Cuaresma

Con el nombre de este platillo tradicional de la cocina sureña de EU se bautizó a esta cinta de 1991. Aquí la reseña y la receta

Patricia Bañuelos

Película Tomates verdes fritos

Película del año 1991, dirigida por Jon Avnet, adaptación de la novela homónima (Fried Green Tomatoes) de la escritora norteamericana Fannie Flagg. En ella veremos a Evelyn (Kathy Bates), una mujer madura con problemas de sobrepeso y desencanto marital, quien conoce en un asilo a Ninny (Jessica Tandy), una anciana que la engancha con la historia de Idgie (Mary Stuart Masterson) y Ruth (Mary-Louise Parker) un par de amigas involucradas en el asesinato del marido de una de ellas.

Hace poco tiempo me topé con esta película por casualidad, la recuerdo con mucho cariño, me encantó cuando la vi hace casi tres décadas. Recuerdo que lloré y reí. Recuerdo que incluso llegué a indignarme y a pesar ¿a quién carambas se le ocurre comer tomates verdes fritos?

A pesar del título, nunca pensé en esta cinta dentro de la categoría de Cine gastronómico o culinario, pero ahora que la he visto de nuevo creo que encaja perfecto. Aunque también aborda temas como la discriminación, el machismo y la opresión. Habla también de una amistad inquebrantable y de una hermosa historia de amor entre dos mujeres.

Tomates verdes fritos. Foto: Patricia Bañuelos.

Es precisamente la escena cuando están preparando este platillo tan tradicional de la cocina sureña norteamericana, la que refleja ese amor del que les hablo. Hace treinta años, cuando la vi por primera vez, confieso que no se me hacía para nada apetecible eso de los tomates verdes fritos, pero esta vez la curiosidad pudo más y me propuse prepararlos antes de seguir con una idea equivocada al respecto.

El primer problema con el que me topé fue precisamente encontrar los tomates, jitomates como decimos por acá, verdes. Pero al leer algunas recetas en internet, me encontré con la advertencia que en realidad se referían a los miltomates, o tomates verdes de hoja. Incluso recalcaban que los jitomates verdes podrían resultar tóxicos debido a su contenido de solanina. Aunque creo que ese dato no es del todo cierto, porque al ver los videos de algunas de esas recetas, algunas de ellas españolas, se ve claramente que lo que utilizan son jitomates.

Bueno, para no hacer el cuento largo, los hice con los miltomates, por fortuna encontré unos de muy buen tamaño en el mercado. Con anterioridad he utilizado este tipo de tomates para hacer ensaladas, pruebe intercalando unas rebanadas de miltomate entre los jitomates de su ensalada Caprese y verá que cosa tan deliciosa.

Los ingredientes. Foto: Patricia Bañuelos.

La preparación es muy sencilla, aunque las recetas varían en algunos ingredientes, pero básicamente así va la cosa:

1.- Corte los tomates en rodajas, yo recomendaría no muy delgadas. Se les agrega un poco de sal y se dejan reposar sobre papel de cocina para absorber el exceso de humedad.

2.- Puede utilizar huevo batido, leche o yogurt para remojarlos antes de pasarlos por harina de maíz (Maicena), luego los remoja una vez más y los pasa por el pan molido. Es decir, van enharinados y empanizados.

3.- Se ponen a freír en aceite vegetal y se quita el exceso dejándolos reposar nuevamente en papel.

4.- La recomendación es servirlos con ensalada y con un aderezo de mayonesa picante (mayonesa y unas gotas de salsa Tabasco), aunque la opción de servirlos con una salsa de tomate (rojo) como lo haríamos con las Tortitas de Chinchayote, también funciona. De hecho me encontré con algunas recetas que incluyen queso entre dos rebanadas de los tomates antes de empanizarlos.

Los tomates verdes. Foto: Patricia Bañuelos.

Me parece que esta receta viene muy bien en la temporada de Cuaresma, le aseguro que no se va a arrepentir, el resultado es delicioso, sobre todo para aquellos amantes de las verduras. Si cree que no puede sobrevivir sin la proteína, pues los puede hacer como una guarnición, pero si los complementa con un poco de queso (o panela), ya sea por un lado o derretido entre las rodajas, quedará más que satisfecho.

Así que, si tiene oportunidad de ver la película, se la recomiendo ampliamente, y si además le da el beneficio de la duda, como yo lo hice, a este platillo fuera de lo común, le aseguro que encontrará una opción deliciosa y nutritiva para agregar a su recetario familiar.

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