Primer plato

La discreta dulzura de la lima

El sabor de esta fruta cítrica es discreto, equilibrado y fresco. Su aroma es inconfundible con un halo que recuerda a las yerbas

Sergio René de Dios

Jugo de lima. Foto: Sergio René de Dios.

En México el jugo de sus limas está casi en la medianía. No se encuentra en ningún extremo, ni en la acidez, pese a provenir de un árbol cítrico, ni en la empalagosa dulzura. Se ubica cerca del centro de ambos polos, si bien existen variedades ácidas. Diríamos que su sabor es discreto, propio de una fruta equilibrada y deliciosa que tiene otra característica: es fresca.

Además del jugo, la lima es aún más ligera en cuanto a lo dulce si se prepara una sabrosa agua en recipientes grandes de cristal llamados vitroleras, propios de fondas y mercados mexicanos. En periodos de calor es una delicia que se vende en las paleterías como agua fresca, en presentaciones de medio y un litro, acompañada de flotantes hielos.

Jugo de lima. Foto: Juan Carlos Núñez

Redonda, pequeña, de un color verde bajito o amarillo, con un chichón que le sobresale, se le atribuyen propiedades nutricionales y sanadoras. Es digestiva. A los bebés, de pocos meses, hay señoras que les dan jugo de lima para “curtir el estómago”, como decían las abuelas. En la medicina naturista se utilizan gotas de lima para limpiar los ojos; es un colirio natural.

La lima se puede comer gajo por gajo quitándole las abundantes semillas que suele tener. Una pieza cabe fácilmente en una mano y su aroma es inconfundible, con un halo que recuerda yerbas finas que no escandalizan la nariz.

El agua de lima puede ofrecerse con poca azúcar o un endulzante de escasas calorías, y con un toque que la hace más atractiva: con una rodaja que flote en el agua. Aunque, sin duda alguna, el jugo es lo mejor por la mesura natural de su sabor. Sin descartar que también se puede producir licor de lima.

La cáscara de la lima completa o rallada es útil en la repostería para pasteles, dulces como las trufas y las tartas, y para aderezar carnes rojas, pescados y mariscos (aquí una receta de pollo con jugo de lima). En la gastronomía yucateca uno de los tradicionales platillos es la sopa de lima, que es deliciosa con sus rodajas delgadas y recomendable de consumirse antes del plato principal de esas tierras mayas.

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