Primer plato

¡Todavía hay pitayas!

Quedan pocos días para disfrutar de esta colorida, saludable y muy jalisciense fruta de temporada

Marisa Núñez

Pitayas jaliscienses. Foto: Juan Carlos Núñez

Todavía hay tiempo de disfrutar de una de las frutas más ricas, coloridas, saludables y emblemáticas de nuestro estado: la pitaya. ¿Por qué afirmamos esto? Echemos un vistazo:

Deliciosas

Una de las frutas más ricas en sabor: Además de su deliciosa dulzura, es sumamente refrescante debido a que el 80% de su contenido es agua y el 20% restante, pulpa. Esto hace que sea una fruta diseñada por la naturaleza para ser consumida en los días más secos y calurosos del año. Los animales, especialmente las aves, también se benefician de las pitayas pues con ellas se hidratan y nutren.

Coloridas

Las coloridas pitayas. Foto: JCN

Sus brillantes colores combinadas con las pequeñas semillas negras y su cáscara verde obscuro, hacen que las canastas llenas de estas frutas entremezcladas con las ramas de alfalfa sean una belleza también para la vista. Las hay de cuatro colores: blanca, amarilla, roja y morada. El sabor no cambia con el color.

Algunas personas suelen confundir a las pitayas con las pitahayas o la llamada “fruta dragón” (cáscara rosa y amarilla respectivamente) y aunque son de la misma familia de cactáceas, no son iguales.

Lo que distingue a las pitayas es la forma en las que fueron polinizadas y que da por resultado una fruta con una cáscara delgada, verde oscuro y con miles de espinas, una pulpa de colores, suave y de un sabor muy dulce.  Hay quien incluso las confunde con las tunas y xonocostles (de cáscaras gruesas, semillas más grandes y pulpa verde claro y blanca).

Saludables

Se ha comprobado que las pitayas tienen un alto contenido de vitaminas C, B (B1 o tiamina, B3 o niacina y B2 o riboflavina) potasio, hierro, calcio y fósforo. Tienen pocas calorías, son ricas en fibra y tiene beneficios antioxidantes.

Jalisciense

Aunque se pueden encontrar pitayas en otros estados como Zacatecas y Aguascalientes, entre otros, y aunque se dice que en también las hay en otros países centroamericanos, lo cierto es que las pitayas se dan en climas semiáridos y que la polinización tan especial de la que son producto ha hecho que Jalisco sea reconocido como uno de los estados de mayor producción de este tipo de pitayas tan particulares, casi exóticas.

Los principales municipios donde se cosecha la pitaya son los de Sayula, Atoyac y Amacueca aunque el más famoso es el de Techaluta de Montenegro. La cactácea produce el fruto únicamente en la temporada de “secas”, entre mayo y junio. En cuanto llegan “las aguas” se acaban y hay que esperar hasta el próximo año.

No hay manera de conservarlas; es más, solo se mantienen por unos cuantos días si acaso. Por eso, la pitaya se cosecha de madrugada. Se utilizan unos largos ganchos para “bajar” la fruta, después se limpia quitándole la mayor cantidad de espinas que se puedan. Se acomodan en canastas o cajas entre ramas de alfalfa para que se mantengan frescas y no se malluguen ni se aplasten y salen en camionetas o trocas hacia los puntos de venta en la ciudad.

Javier Cabrera, vendedor de pitayas. Foto: JCN

Gran parte de la población de estos municipios sureños se dedican en esta temporada a la cosecha, limpieza, transporte y comercialización de la pitaya. Son familias enteras (chicos y grandes) que se abocan a esta labor. Después, cuando pasa la temporada, combinan el cuidado de las plantas con otras actividades hasta el siguiente año en el que se vuelven a volcar a esta actividad.

Es mejor consumirlas el mismo día, o si acaso, guardarlas en el refrigerador hasta dos o tres días, pero no aguantan más. Para aprovechar la fruta se preparan helados, agua fresca, pan, mermeladas, dulces y hasta cocteles.

¿Dónde se consiguen en Guadalajara?

Feria de la pitaya, en Las Nueve Esquinas.

El lugar más conocido para comprar pitayas es la famosa zona de las Nueve Esquinas, en el barrio de Mexicaltzingo, en algunos mercados locales también se pueden conseguir o tener la suerte de que pase un vendedor por la calle gritando “¡pitayas¡,¡hay pitayas!” y salir corriendo con una palangana a elegir a las que nuestro ojo de antojo, le parezcan las más grandes, frescas y ricas. (Escucha aquí el pregón de un pitayero)

También puedes acudir todavía a la Feria de la Pitaya en Zapopan en el Andador Aurelio Ortega de 9.00 am a 9.00 pm

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