Hace un siglo, un grupo de mujeres tapatías compiló decenas de recetas en un libro para ayudar al sostenimiento de un hospital
Juan Carlos Núñez
En 1914 un grupo de mujeres socias de la Conferencia de la Santísima Trinidad se pusieron de acuerdo para publicar un recetario cuyos fondos serían destinados al sostenimiento del hospital auspiciado por esta misma organización.
Así las mujeres editaron el libro “Recetas prácticas para la señora de casa sobre cocina, repostería, pastelería, nevería, etc.” El tomo primero con pasta “percalina” costaba un peso con cincuenta centavos. El tomo Segundo y el suplemento se podían adquirir por solo un peso.
El libro fue impreso en Guadalajara, en la Escuela Tipográfica Salesiana, y tuvo mucho éxito pues tuvo al menos seis ediciones.
Las mujeres comienzan con una advertencia que dice: “La mayor parte de los muchos libros de cocina que se han impreso hasta ahora, han contenido una gran cantidad de recetas que los compiladores han recogido de aquí y de allí, sin cuidarse de saber si eran buenas o no, si se podían o no poner en práctica”.
“Las que se imprimen en este volumen, por el contrario, son todas conocidas y experimentadas y se ha procurado redactarlas con sencillez y claridad, de modo que todas las señoras puedan entenderlas y ponerlas en práctica sin ninguna dificultad”.
“Hemos incluido recetas para todos los gustos y para todas las fortunas, pero aun en esa variedad hemos procurado no poner aquellas que son propias para cocinas de fondas, hoteles o casas de huéspedes, sino exclusivamente para familias, por ser ellas a quienes este libro está dedicado”.
En sus 384 páginas reúne cientos de recetas de todo tipo, incluyendo “intermedios” como “Jaletina a la francesa”, “Jaletina corriente” o “Jaletina de leche y almendra”.
Las recetas van desde “Relleno de perón para Guajolote tatemado” y “Gaznates”, hasta “Pulque de arroz” o “Gateau Saint Honoré”.
Uno de los ingredientes que aparece con más frecuencia es el “gitomate”. El “cuartillo” y la “onza” son dos de las unidades de medida más utilizadas. En una de las recetas se lee: “…se pone en hoja de lata unas gotas como del tamaño de un real”.
Aquí compartimos dos de las recetas que aparecen.
Si se anima a hacer alguna, estará comiendo lo mismo que alguna familia tapatía hace más de cien años. Provecho
Sopa de vino
Se fríen gitomates, cebolla y harina, se le pone caldo y vino tinto a que tome color, se deja hervir y se sirve con pan frito y huevo cocido.
Sopa imitación de tortuga
Se pone a cocer una cabeza de puerco, se muele con acelgas y huevos cocidos y se hacen bolitas; en seguida se pica cebolla, gitomate, y una cabeza de ajo; se fríe, se le pone en el caldo, luego se tiñe con azúcar quemada y se le añaden las bolas.
2 Comentarios
jorge romo
17 mayo, 2020 at 9:42 pmte falto mencionar “manteca de oso”
Juan Carlos Núñez Bustillos
18 mayo, 2020 at 12:35 pmSí, Jorge. Muchas gracias. Hay muchos ingredientes y procedimientos en ese recetario que han desaparecido. Saludos y gracias por escribirnos.