Todavía estamos a tiempo de disfrutar de esta delicia cuya temporada pronto terminará
Sergio René de Dios Corona
La temporada de pitayas está por concluir. Una o dos semanas, cuando mucho, quizá a mediados de junio, y terminará la cosecha. Las huertas de pitaya entran en reposo apenas empieza el temporal con las primeras lluvias.
Sin embargo, todavía es posible disfrutarlas cerca de la zona conocida como Las Nueve Esquinas de Guadalajara, en la calle Colón, a pocos metros de la avenida La Paz.
Ahí los productores de pitayas de los municipios jaliscienses de Techaluta y Amacueca las ofrecen en canastas, protegidas por alfalfa que las mantiene frescas.
Los frutos se ofrecen no solamente al natural, sino en presentaciones como sabrosos panes, pays y mermeladas. También se venden en esa zona gastronómica turística las vainas de guamúchiles.
En el mercado Corona, por el costado de la calle Santa Mónica, en pleno centro histórico, el local Tita ofrece la fresca y colorida agua de pitaya.
Para el tremendo calorón que se padece en Guadalajara, la bebida refrescante también durará poco. Es de temporada y no habrá sino hasta el año próximo, cuando las coloridas pitayas sean traídas de nuevo del sur de Jalisco.
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