Recetario

¿Cómo consentir al paladar durante la cuarentena? Parte 2

Un pastel de garbanzo es una excelente opción para olvidar las desgracias y crear momentos inolvidables con personas queridas

Eduardo Mendieta López / Querétaro

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Continuando con este pequeño manual para consentir al paladar durante la cuarentena, vengo a mostrarles mi experiencia al hacer un pastel de garbanzo.

La primera vez que supe de esta delicia, fue cuando un amigo me platicó con singular alegría y nostalgia que la mujer que cuidó de él y de sus hermanos les preparaba este pastel de vez en cuando. En ocasiones especiales, él pedía con mucha alegría este postre.

¿Pastel de garbanzo? Sí, así como les digo. Mi primera idea acerca de un pastel así fue creer que se refería a una receta salada. Quizás algo de garbanzo con jitomate y pollo en un quiché, en una empanada, algo por el estilo. Pero… ¿Garbanzo dulce? Era algo muy nuevo para mí. Seguramente porque en Querétaro estamos muy acostumbrados a consumir esta leguminosa con sal, limón y chile.

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Yo tenía un reto: igualar o quizás mejorar, de ser posible, este pastel con la receta que la mamá de mi amigo me dio.

El primer intento por realizar este pastel salió bastante mal, pues en la receta escrita no se especificaban las cantidades de algunos ingredientes.

Con esta experiencia mía, les doy un consejo general de la cocina: sigan siempre las recetas como estén escritas. Pero tengan mucho cuidado, si ustedes van a escribir sus procedimientos, nunca pasen por alto las unidades de medida que hayan utilizado: tazas, cucharadas, litros, gramos, etcétera. Esto es de suma importancia porque puede arruinar la comida completa.

Si ustedes son nuevos cocineros, se darán cuenta que con el paso del tiempo se harán de experiencia valiosa y de algo muy importante: de un buen criterio. Pasarán de ser replicadores de recetas, hasta convertirse en creadores de platillos.

Ingredientes para el bizcocho de garbanzo

Garbanzos cocidos. Foto: JC Núñez.

  • 250 gramos de garbanzo seco (que pondrán a cocer)
  • 3/4 taza de jugo de piña
  • 400 ml de media crema
  • 5 yemas de huevo
  • 250 gramos de azúcar
  • 3/4 taza de harina de trigo
  • 3 cucharadas de royal

Una vez que los garbanzos estén bien cocidos, se deberán licuar con la media crema y el jugo de piña, hasta que no haya grumos.

 

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Batir las yemas con el azúcar hasta que se blanqueen. Añadir la mezcla anterior e integrar bien. Después, agregar la harina y el royal cernidos. Esto quiere decir que juntarás los polvos y los pasarás por el colador al añadirlos a la mezcla de bizcocho. Integra bien todos los ingredientes y coloca la mezcla en dos moldes para pastel; esto para que obtengas dos bizcochos delgados.

Hornear a 160°C durante una hora. Pasado este tiempo, debes verificar la cocción de los bizcochos pinchándolos con un palillo de dientes. Si sale limpio, será señal de que podrás sacarlos del horno. De lo contrario, si el palillo sale con masa, deberás dejarlo en el horno 15 minutos más y repetir esta comprobación.

Ingredientes para la cubierta de crema pastelera

  • 1 lata de leche evaporada

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  • 1 taza de agua
  • 3 yemas de huevo
  • 200g de azúcar
  • 5 cucharadas de harina de trigo
  • 1 cucharada de vainilla líquida
  • Colorante amarillo
  • 50 gramos de mantequilla
  • Nuez pecana al gusto

Mezclar en una ollita la leche evaporada y el agua, y poner a hervir.

Batir las yemas con el azúcar hasta que blanqueen. Agregar la vainilla líquida e integrar bien, posteriormente añadir la harina de trigo y batir hasta que no haya grumos. Agregar tres cucharadas de la mezcla hirviente de leche con agua y batir bien.

Integrar la mezcla de yemas a la leche hirviendo y menear muy bien, evita que se pegue la mezcla en el fondo de tu ollita. Agrega poco a poco el colorante amarillo, hasta que obtengas un tono que sea de tu agrado. Cuando la mezcla quede espesa, apagar el fuego y añadir la mantequilla. Integrar bien y dejar que se enfríe.

Para armar el pastel

Se decora con nuez. Foto: E. Mendieta.

Coloca la primera capa de bizcocho y úntale la crema pastelera que hiciste. Añade un poco de nuez pecana picada, al gusto.

Coloca encima la otra capa de bizcocho y unta más de la crema pastelera. Hazlo con paciencia y que quede tu pastel tan lleno de crema como tú quieras y tan liso como desees. Esto lo lograrás con habilidad y una palita que te ayude a esparcir la crema en los bordes de tu pastel. Al final, agrega más nuez pecana picada al gusto y lleva a refrigeración el pastel.

Hacer este pastel fue interesante. Fue dejar de pensar en los garbanzos como un ingrediente exclusivo de la cocina salada, para ahora verlo desde una perspectiva en la repostería. Quizás esto haya sido un paradigma mío solamente porque quizás muchas personas ya hacían postres con esta leguminosa, o quizás no.

Así es como podemos olvidarnos de las desgracias locales y mundiales durante horas. De una charla con este amigo salió la receta, nos propusimos hacer el pastel y tener nuevas experiencias. Nos llevamos disgustos tras el primer intento que salió mal, pero aprendimos y en nuestro segundo intento salió maravilloso.

Y es que lo maravilloso en la cocina no siempre será un pastel con una decoración impresionante, sino crear momentos inolvidables con personas muy importantes para nosotros.

¿Ustedes tienen experiencias así de únicas y especiales? Estaría encantado de leer lo que nos gusten compartir.

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