Primer plato

Ni el pan ni el amor deben ser recalentados

La escritora Guillermina Cuevas nos comparte desde Colima este divertido relato elaborado con dichos relativos a la cocina

Guillermina Cuevas / Colima

“Sólo mis chicharrones truenan”. Foto: JCN

Comiste gallo, vienes con tus reclamos como si fueras una perita en dulce, pero ya no soy más tu corazón de melón, tu huesito de chabacano, desde ahora sólo mis chicharrones truenan, no está el horno para bollos, si quieres comer pescado tendrás que meter el culo al agua, busca a otra para que con ella bailes la sopa de caracol y el camarón pelao.

“Me vale un cacahuate lo que hagas”. Foto: JCN.

Me cansé de que le echaras tanta crema a tus tacos, siempre te creíste la divina garza envuelta en huevo, ahora vas a echarle más agua a los frijoles, te vas a freír espárragos, a mi me vale un cacahuate lo que hagas, ya no compro más cebollas para no cargar más rabos, un rábano doy por lo que contigo pase, entendí ya que el que tiene más saliva traga más pinole, y se me hace agua la boca por dejarte, tú, el ajonjolí de todos los moles, la cerecita del pastel, la sal de la fiesta, la miel de tantas bocas, no voy a pedirle más peras al olmo porque el que nace para tamal del cielo le caen las hojas, aunque tú de tamal mal fajado tengas la forma, el look y la apariencia, aunque siempre digas que gallina vieja hace buen caldo, se te acabó la gallina de los huevos de oro, la ubre y el pesebre, te perdiste el gusto de ser siempre la mamá de los pollitos, habrás de buscar en otra parte tu pollito con papas, tus huevos con chorizo, conmigo puras habas, reclámale a otra cocinera el prietito en el arroz, el tomate entero en la salsa, si quieres comer atiza la olla,  la cuchara saca lo que tiene el guiso, y un pepino me importa si comes puras papas, si de pan y agua te alimentas, si alguien quiere contigo pan y cebolla, sopa de suspiros, ahora sí, mi chile verde, le has de dar sabor al caldo, si has de hacer de tripas corazón, me tiene sin cuidado, que te den calabazas, atole con el dedo, que te hagan de chivo los tamales, cantarito de arroz, me vale, ya te dije, un serenado y soberbio cacahuate.

Caballito de tequila. Foto: JC Núñez

Aquí se rompió una taza, se quebró el turrón y se desmadró el hojaldre, probarás una sopa de tu propio chocolate, te comerás la tuna con espinas en tu mano, naranja dulce, limón partido, ya no quiero tus chantajes, eché toda mi carne al asador y para nada, estoy que hiervo ahora pero antes estaba frita con tu labia, puede haber un río revuelto, mi vida, pero no sabes pescar, no cocinas, hasta el agua se te quema,  piensas que es fácil, pero no son enchiladas,  a tragar camote, a bajarle de huevos a tus necias, nefastas ansias de dominio, se acabó el mole de olla, caramelito, bomboncito, lo repito, vete mucho, pero mucho, mucho a freír espárragos.

Pero antes, y sin una pizca de rencor, amorcito, terroncito de azúcar, mi rey de chocolate, concédeme el gusto, el placer de mirarme, montada en este brioso pero noble caballito de tequila, libre ya de ti, de mis ilusiones, de mis inútiles anhelos.

 

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