Dos filetes de pechuga, jamón, queso Chihuahua y una espectacular pasta de este chile dieron origen a esta rica receta
Juan Carlos Núñez Bustillos
Dos casualidades me llevaron a preparar esta delicia. La primera de ellas no parecía en un primer momento tan buena. La segunda, en cambio, anunciaba desde el principio una fiesta de sabores. Este pollo relleno y cubierto de pasta de chile morita fue así, producto de la buena suerte.
Los filetes de pechuga pollo nunca me han hecho muy feliz. Prefiero mil veces un buen muslo, una pierna, una alita o incluso una pata con todo y dedos. Cuando las delgadas rebanadas del ave están solamente a la plancha me remiten a las personas que están a dieta o que sufren alguna enfermedad. Sé que no es así y que estos filetes reciben cualquier buen sabor que se le ponga encima.
La cosa es que había en el refrigerador dos pechugas cortadas a manera de bistec. Se veían las pobres pálidas e insípidas. Se me ocurrió entonces darles un poco de vida convirtiéndolas en un rollito de pollo relleno de jamón y queso. Aquí sucedió la primera casualidad. Las pechugas estaban muy gordas y costaba trabajo enrollarlas. Además, temí que no se cocieran bien por dentro y un pollo mal cocido es peligroso. El panorama no pintaba bien.
En cambio, la segunda casualidad fue maravillosa desde el principio. Mi amigo Manuel Mora me invitó a dialogar sobre cocina y cultura en el programa de radio “A fuego lento” (aquí se puede escuchar y ver). que transmite con Jorge Thamer por Internet. Era día de mi cumpleaños. Con la amabilidad que lo caracteriza, Manuel me regaló una pasta de chile morita y plátano manzano preparada por él mismo. ¡Una verdadera delicia!
Junté las dos coincidencias y preparé una deliciosa receta. Como las pechugas no servían para enrollar las freí en la plancha con sal, pimienta y muy poco orégano. Sobre una de ellas puse el queso Chihuahua y el jamón. La cubrí con la otra pechuga. Quedó una especie de “sándwich”. Una vez que el queso estaba derretido, unté el pollo con la pasta de morita y la llevé al horno por unos minutos.
¡Resultó una maravilla! ¡Un plato de celebración! Lo acompañé con una ensalada de berros.
Si no tiene la suerte de contar con un amigo como Manuel Mora que le obsequie esta deliciosa pasta, puede usted preparar una salsa espesa de chile morita. Si no cuenta con este ingrediente en casa, prepare una salsa espesa que lleve como base chile chipotle (el de lata funciona muy bien). Puede molerlo con un poco de puré de tomate o con puré y crema. También le quedará muy sabroso. Si le gusta experimentar muela el chile con un poco de puré de tomate y alguna fruta cocida, como manzana o pera.
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