Tortas de tostada y carne apache

En Santa Clara del Cobre, Michoacán, se ofrecen estos panes rellenos de carne macerada en limón y una crujiente tostada

Juan Carlos Núñez Bustillos

La variedad de tortas que se preparan en México es enorme. Cada región, cada ciudad, incluso cada puesto tiene su propio estilo. No hay dos iguales. En Santa Clara del Cobre, Michoacán, podemos disfrutar de una muy especial: la torta de tostada y carne apache.

En el título de este platillo están claras sus dos peculiaridades. La tostada dentro del pan y la carne apache.

La carne apache es un platillo típico de Michoacán. Es una especie de carne tártara o de ceviche de carne. Se trata de carne molida a la que se añade limón, sal, jitomate, cebolla, cilantro y chile, como ingredientes básicos.

El tipo de chile dependerá del gusto de quien la prepare. Puede ser el chile manzano (propio de Michoacán), el chile serrano o incluso jalapeños encurtidos o chipotle. O una variedad de ellos. Suele llevar también aguacate y hay quien le añade el vinagre de los chiles jalapeños o aceitunas.

La carne no se cocina al fuego. Simplemente se macera. Las recetas varían de entre una a tres horas. Algunas recomiendan dejarla en refrigeración durante este tiempo moviéndola de vez en cuando, mientras que otros la dejan a temperatura ambiente y no falta el que incluso le da una asoleada dentro de una bolsa de plástico.

Las Tortas y tostadas “El Indio” fueron fundadas en 1937 por Don Arnulfo Trejo, mejor conocido como “Fito”, en Santa Clara del Cobre, Michoacán. En el puesto localizado a un costado de la plaza principal se forman largas filas de comensales en espera de disfrutar los antojos que ahí se ofrecen.

Ahora atiende el puesto la cuarta generación. Una de las bisnietas de don “Fito” narra que al principio las tortas no incluían como relleno las tostadas, pero que hace más de 20 años los estudiantes que acudían hambrientos al puesto comenzaron a pedirlas así. “A la gente le gustó y ya se quedaron”.

Una gran caja de cobre con el nombre del local repujado en sus paredes guarda el calor que produce un anafre situado en el fondo. El manso calor que surge de él mantiene calientitas las tostadas y los panes.

La suavidad de la carne ya macerada que se convierte prácticamente en una pasta y una rebanada de queso de puerco contrastan con los trozos crujientes de la tostada, y con el mismo pan ligerísimamente dorado. El sabor ácido y con un discreto toque dulzón de la carne hacen de este antojo algo muy especial.

Disfrutar de una rica torta de tostada y carne apache de “El Indio” es una buena manera de restaurar el cuerpo después de recorrer los talleres donde se trabaja el cobre y admirar la destreza de los artesanos. El antojo se puede completar con una corunda y un uchepo cubiertos de crema, queso y salsa de tomatillo que consiguen en los puestos vecinos.