Para el paladar mexicano, añadir salsa de tomate industrial a este emblema de la cocina nacional es pecado mortal
Sergio René de Dios / Londres
Un atentado a la gastronomía mexicana son los frijoles con Cátsup. De platillo rico lo convierte esa combinación en una monstruosidad culinaria. Si en México los frijoles recién cocidos, son una delicia, con esa mescolanza pierden su sabor.
Para la cocina mexicana, a los frijoles se les pueden añadir al cocerlos desde cebollas, ajos, sal y epazote al gusto. Pueden ser frijoles charros, con jitomate y cebolla picados, o frijoles puercos con chorizo, chicharrón y tocino, y las verduras que se deseen.
O combinarse los frijoles con arroz. También se les pueden añadir diversos quesos y cremas. Con tostadas o tortillas recién hechas.
Los frijoles se pueden guisar en aceite. O se sirven en caldos. En cualquier presentación son nutritivos.
Pero fuera de México, como en Londres, si los ofrecen con Cátsup, es mejor rehuirlos. Son una barrabasada al paladar. Guácala.
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