En el Día de Muertos, una ofrenda de letras para los altares y la comida
Elba Castro
Era la noche con los ojos más abiertos…
Era también la noche que reunía los susurros.
Era el café, el pan, el chocolate y el aroma de las flores…
Era la sal, el camino y las cenizas
Un rastro de espera.
Era la vida entendiéndose con los mortales
para ir al abrazo breve con la eternidad.
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