Recetario

Tejocote, sabia fruta del frío

Este fruto, pariente de las rosas, posee propiedades medicinales. Además resulta delicioso cocido con piloncillo y canela

Elba Castro

Foto: Juan Carlos Núñez B. (JCN)

En Jalisco, el tejocote aparece en octubre, alrededor de la fiesta de la Virgen de Zapopan, así, uno sabe que se acerca el invierno y que comienza la temporada de esta rica fruta.

La identificación botánica dice que el tejocote (científicamente conocido como (Crataegus mexicana) es pariente de las rosas. Podemos confirmarlo por el aroma  que despide esta fruta, especialmente cuando está en cocción, al preparar un dulce que se antoja en esta temporada. Su hervor además ayudará a tibiar el ambiente de la casa.

La familia botánica que acerca al tejocote con las rosas, llamada Rosaceae, también lo emparenta con las peras y las manzanas. De hecho, en otros países se le conoce como “manzanilla de indias”. Aunque su sabor es más ácido que el de las manzanas. De hecho, este sabor le confiere su nombre en raíces étnicas y significa piedra agria.

En ese sentido también se parece a otra fruta de esta gran familia: la fresa.

Un fruto saludable

Tejocotes crudos. Foto: JCN.

Además de reflejar a su familia botánica, el tejocote, manifiesta las propiedades que la planta ha tenido que desarrollar para defenderse exitosamente de cualquier agente patógeno del medio. De ahí que sea rico en vitamina A y C y que posea otros compuestos orgánicos que resultan antioxidantes y antimicrobianos; además de que contiende calcio y hierro.

La sabiduría popular lo identifica como un fruto auxiliar para elevar las defensas en tiempos de invierno. Se procura también para tratar la tos y enfermedades respiratorias; bueno para los huesos y para evitar y curar la anemia por déficit de hierro.

Su uso también esta asociado a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades producidas por el estrés por oxidación e inflamación de las células, entre las que están enfermedades del corazón (porque además mejora la circulación coronaria) y la diabetes.

Como el tejocote se distribuye por áreas importantes de todo el país, de manera silvestre, las culturas milenarias se han encargado de conocer esta planta y fruto relacionándola plenamente con su vida.

Cocina michoacana. Foto: JCN

Por ejemplo, en algunos sitios de Michoacán, se usa para curar los sentimientos de celos y coraje. Especialmente los que puede experimentar un niño al conocer que tendrá un hermano que lo desplazará como el centro de la familia. El padecimiento se le conoce como “chipil”, según información que aporta la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.

De acuerdo con la revista de difusión de la cultura y la ciencia de la Universidad de Morelos, las enfermedades digestivas, renales (debido a sus propiedades diuréticas), igual que las respiratorias se trataban con las hojas y corteza de esta planta.

Si usted quiere solo disfrutar de el sabor o de las propiedades de este fruto de la temporada, que nos acerca a los paisajes de este territorio y a la naturaleza milenaria reservada en sus propiedades, no deje de hacer una cocción de este fruto o bien calentarse un poco con su aromático té, mientras piensa que estará disfrutando de un ejemplar de una gran familia de belleza y sustancia natural.

La Receta

Ingredientes:

  • Un kilo de tejocotes.

    Tejocotes. Foto: JCN

  • 150 a 200 gramos de piloncillo o al gusto.
  • 1 raja pequeña de canela.
  • Anís de estrella (opcional).
  • 1 litro de agua.

Procedimiento

  • Lavar los tejocotes y retirar el corazón de semillas y el pedúnculo (ramita) con un cuchillo.
  • Aparte, deshacer el piloncillo en poca agua al calor del fuego medio, sin hervir.
  • Poner las semillas en un sartén pequeño con poca agua y dejar hervir a fuego suave durante unos cinco minutos.
  • Aparte, colocar los tejocotes en una cacerola, añadir el agua de piloncillo y añadir agua hasta que queden cubiertos. Llevar a hervor.
  • Agregar el líquido resultante del hervor de las semillas y revolver.
  • Agregar la canela y el anís.
  • Dejar hervir a fuego suave hasta que reduzca un poco.

Variante. Deshacer el piloncillo directamente al hervir los frutos en el agua.

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