Además de las maravillas que elaboran los artesanos con el rojizo metal, este lugar es un paraíso para los golosos
Juan Carlos Núñez Bustillos
La enorme batea, barnizada por la brillante manteca de cerdo, emite pequeños destellos que resaltan en el mediodía fresco y lluvioso. Llaman la atención al buen ojo del goloso. Son el reflejo de cuatro focos chicharroneros que mantienen tibia e iluminan a una montaña de suaves y jugosas carnitas contenidas en la cuna de madera labrada a mano.
El manjar es exhibido en una vitrina que la resguarda del frío y el polvo, quizá también de alguna mano incontenida de antojo. Las carnitas se ven radiantes para el tragón, como una joya en la mejor galería de los campos Elíseos para el millonario. La vista es el preludio del sencillo y delicioso banquete que vendrá.
Estamos en el puesto de carnitas de la familia Saucedo, en la esquina de las calles Morelos y Portugal en Santa Clara del Cobre, Michoacán. En contraesquina de la plaza principal que luce con orgullo y como principal monumento un enorme cazo del rojizo metal.
“Las carnitas tienen que hacerse en cazo de cobre”, dice contundente la mujer que elige la parte del cerdo preferida por cada cliente y la desmenuza con habilidad para preparar los tacos y las tortas.
Comienzan la faena a las tres de la madrugada para comenzar a servir a las nueve de la mañana. El puesto que se localiza en uno de los portales típicos de los pueblos michoacanos es minúsculo. Apenas la vitrina y un par de mesas cubiertas con los típicos manteles de plástico floreados. Junto al puesto hay un par más que ofrecen también estas deliciosas carnitas.
Un joven amable y dicharachero acerca los tacos y las bebidas. Sugiere a los comensales comenzar con un “taquito” y ya después, decidir si se quiere otro. El “taquito” es en realidad una buena porción de carnitas sobre tres tortillas del tamaño más común, acompañadas únicamente con chile jalapeño.
“Las carnitas se comen solo con chile jalapeño. Si están buenas, no necesitan salsa. Muchos de los que le ponen salsa es para disimularle el sabor porque no les quedan sabrosas o están resecas”, explica el joven.
Las carnitas que sirve son perfectas. Con un tierno dorado y al mismo tiempo, suaves y jugosas. Justamente saladas. No requieren más. Igual que los lechones segovianos que se aderezan sólo con sal y con la sabiduría de los maestros que los hornean.
Santa Clara del Cobre Michoacán lleva su vocación en el nombre. De manera artesanal se fabrican a golpe de fuego y martillo, lo mismo un pequeño anillo infantil que una tina gigante de este metal que también da nombre a su característico color. Pero, esta localidad cercana a Pátzcuaro es también un gozo para los tragones en la que vale la pena saborear también corundas, uchepos y las tortas de tostada y carne apache.
Los datos
Especialidades: Carnitas.
Precios en: Taco $50, con tres tortillas (muchas personas con uno tienen). Torta $50. Kilo de carnitas $280.
Dirección: Morelos y Portugal en Santa Clara del Cobre, Michoacán. En contraesquina de la plaza principal
Horarios: De 9:00 a 17:00 hrs. Todos los días de la semana y todos los días del año, salvo el Viernes Santo.
*Nota: Estos datos están actualizados a la fecha de su publicación.
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