Este antojo centroamericano se parece a las sincronizadas mexicanas, pero las pequeñas diferencias le dan un toque especial
Juan Carlos Núñez Bustillos
Mis amigos salvadoreños me enseñaron hace muchos años a preparar la repocheta, un antojo de su país, pariente cercanísimo de nuestras sincronizadas, pero con un sabor diferente.
Las sincronizadas mexicanas son una especie de sándwich de queso derretido en el que las tortillas sustituyen al pan. Éstas pueden ser de maíz o de harina.
Las repochetas salvadoreñas se hacen en tortilla de maíz y se rellenan con queso para derretir. Se le puede añadir frijoles y/o jamón. Hasta aquí sería casi una sincronizada mexicana. La diferencia estriba en que la repocheta salvadoreña se fríe en aceite y al servir se cubre con crema y una ensalada de repollo o lechuga y jitomate.
Hace poco recordé a mis amigos y sus recetas. Y preparé una repocheta. Hice un poco de trampa pues para evitar la fritura a fondo primero la puse al comal para que se derritiera el queso. Cuando esto ocurrió le di una pasadita en un sartén con poco aceite. Le puse una cucharada de una crema muy buena y espesa que de inmediato se hizo líquida y cubrió toda la tortilla. Le añadí lechuga picada y una rebanada de jitomate. Quedó deliciosa. A pesar de ser tan parecida a la sincronizada estas pequeñas diferencias le dan un sabor distinto.
En Nicaragua también preparan repochetas, pero allá se parecen más a nuestras tostadas que a una quesadilla pues se elaboran con una sola tortilla frita a la que se añade queso, frijoles, salsa y ensalada de repollo.
Anímese a variar un poco y cocine una repocheta. No se arrepentirá.
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