Primer plato

Patriotas en la gastronomía

En las fiestas patrias la verbena popular expone en su máximo esplendor a la gastronomía mexicana extensa en olores y sabores

Beatriz Rosette Ramírez

Enchiladas rojas. Foto: Juan Carlos Núñez

La acción de comer una o tres veces al día va más allá de alimentarse; se refiere, en la mayoría de los casos, a un ritual sagrado familiar que define la simbología sociocultural de los mexicanos. Para nuestras madres y abuelas la comida, además de nutrir, es una forma de consentir, porque ahí están inmersos los más grandes afectos y “apapachos”.

La tribu formada por mamá, papá e hijos festeja fechas importantes familiares y sociales con grandes tertulias de degustaciones y por supuesto acompañadas de un buen tequila; y por si esto no bastara las fiestas patrias no podrían ser para nada una excepción.

Caballito de tequila. Foto: JCN

En los pasillos y corredores alrededor de Palacio Nacional y/o de gobierno estatal o municipal se vive la algarabía que cada año concentra a miles de nacionales y extranjeros en el mejor escenario, el centro histórico de cualquier estado de la república.

Septiembre 15 para México equivale a fiesta nacional. El pueblo se reúne para festejar a la patria; ahí comienza la verbena. Los expertos señalan que es una “velada de regocijo popular que se celebra en la víspera de ciertas festividades”. En otras palabras, el pueblo está de fiesta; y para nuestra cultura equivale a reunión familiar no solo de sangre, sino de identidad nacional.

Por eso la verbena popular expone en su máximo esplendor la gastronomía mexicana, en esa intimidad que buscamos los oriundos del territorio, la cocina tradicional, de nuestra tierra con esa extensa diversidad de colores, olores, sabores y texturas.

En las reuniones del pueblo al aire libre se tiene la oportunidad para darle gusto, al sentido del gusto, y disfrutar la extensa y deliciosa la gastronomía mexicana. A la vista se exponen tamales, pozole, tostadas, churros, algodón de azúcar, quesadillas, buñuelos, atoles, elotes asados, esquites.

Tacos de lengua. Foto: JCN

No hay que olvidar la omnipresencia de los tacos en todo el abanico de presentaciones: bistec, tripitas, lengua, pastor, suadero, carnaza, cabeza, ojo, entre otros, con ese colorido patriota que emula nuestro lábaro patrio, y que suele agregarse a un buen taco: el verde, que alude a la esperanza de la independencia, lo representa el cilantro; el blanco, que significa la unidad, la cebolla; y el rojo, que patentiza la sangre de los héroes que nos dieron patria, una salsa de chile árbol. “Somos patriotas mexicanos, en todas nuestras simbologías”.

Pues como dicen nuestras matriarcas, la comida, además de nutrir es una forma de consentir.

“Se engorda en familia, pero se adelgaza en solitario”.

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